La última vez que alguien me habló de la importancia de la sociología fue el lunes.
Digamos que a manera de consejo, el profe ponía en cintura a los chicos de tercer semestre nomás porque no dan una. El profe gritaba frenéticamente, me parece que intentaba explicarnos la importancia de estudiar sociología.
¿Qué tan difícil puede ser hacer investigación?, pensará usted.
A estas alturas de la carrera ya es de idiotas desertar pero, ¿por qué justo a la mitad viene ese síndrome de "hubiera estudiado medicina como me decía mi mamá"? ¿Qué motivación puedo encontrar en que una persona igual de desmotivada te enseñe a usar excel? ¿Por qué mi profesora de metodología solo me habla de como construyó una letrina, en el único trabajo de campo que hizo en su vida, por allá de los años 2000? ¿por qué constuir una escuela en el lugar mas hostil? ¿por qué cerraron nuestros bares de confianza?
Según el profe, y algunos teóricos sociales de renombre, para todas estas preguntas existe una sociología que las puede resolver, se rumorea por los pasillos que incluso podemos investigar la existencia de una taza de café. Orale, al parecer esta carrerita es una especie de club de magia. Fascinante, solo hay un detalle: hay que saber hacer investigación para lograr esos hechizos en el café. Ojalá.
"La sociología carece de un estatus epistemológico de excepción. Y, justamente, por el hecho de que los límites entre el saber común y la ciencia son, en esta disciplina, más imprecisos que en cualquier otra, se impone el esfuerzo por examinarla a través de los principios generales proporcionados por el saber epistemológico."
Pierre Bourdieu. El Oficio De Sociólogo.
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